Dentro de la Atención Integral a la Salud de la Mujer queremos luchar contra la visión cerrada y oscura de nuestras visitas al ginecólogo.
Lejos de ser un calvario o algo rutinario, la visita al ginecólogo que cada mujer debe realizar anualmente debería convertirse en una gran ayuda, una beneficiosa puesta a punto, una asistencia para solventar dudas, y apoyar a la mujer para mejorar en su vida diaria, reforzando su confianza, tanto en lo que se refiere a su salud como a su vida reproductiva y sexual.
Es una visita en la que debemos descartar a presencia de un incipiente y silencioso cáncer de cuello, uno de los muchos cánceres provocado por una infección vírica, y de los pocos ya casi erradicado en los países desarrollados gracias a la realización de una simple citología cervical en la consulta de nuestro ginecólogo.
Una visita en la que podemos consultar al especialista sobre nuestras dudas, irregularidades o molestias de nuestro ciclo menstrual, descartando alteraciones hormonales o la presencia de tumores benignos como los miomas, quistes de ovario, etc.
Por último, en el agitado día a día que todas las mujeres llevamos, es cada vez más frecuente que nos resulte difícil decidirnos por un momento ideal para crear una familia y afrontar un embarazo.
Por eso el ginecólogo, como especialista en salud sexual y reproductiva, nos ayuda, ofreciéndonos la consulta de Consejo Reproductivo.
Una visita en la que este experto nos dice si nuestro cuerpo y nuestra salud están preparados para el embarazo, y nos aconsejará sobre el mejor momento para llevar a cabo nuestros planes reproductivos, preparándolo incluso con una dieta y ejercicio adecuados, puesta al día de vacunaciones o administrando suplementos vitamínicos específicos.
Por el contrario, si necesitamos aplazar ese momento, nos ayudará a encontrar el mejor método para retrasar un embarazo con la seguridad necesaria y las menores repercusiones en nuestra salud y nuestra vida sexual y de pareja.
miércoles 7 de diciembre de 2016