El reto de ser mujer en verano

 

Vamos a hacer unas reflexiones sobre las prevenciones y particularidades del verano en lo que a nuestra vida hormonal y sexual se refiere. Y para empezar vamos a recordar la ley de Murphy: “Si algo puede salir mal, lo hará”.

Bien, si aplicamos esta teoría a nuestra vida ginecológica deberemos saber que, si te va a venir la regla durante el verano, ésta se adelantará o retrasará lo justo para coincidir con tus días clave de vacaciones.

Y siguiendo este mismo planteamiento empírico, tendremos que plantearnos una solución defensiva; “¿Y qué hago para evitarlo?”. Porque, desde luego, no es lo ideal tener la regla justo en esa semana que vamos a pasar todo el día en bikini en un crucero, o coincidir con ese chico que nos gusta tanto, o en un viaje de mochileros con cuatro cosas como equipaje, o en un safari de seis días en el que no vamos a ver una ducha ni en dibujos animados.

Pues si, es posible calcular y retrasar o adelantar los días del sangrado menstrual para que no nos coincidan en fechas señaladas. Lo que no podremos hacer es interrumpir ese sangrado si ya se ha iniciado, pero los tratamientos hormonales actualmente nos permiten “jugar” un poco con el calendario para darnos ese pequeño placer y esa gran libertad, sin un gran riesgo y con todas las garantías.

Ni que decir tiene que, aunque no se trata de algo peligroso, tampoco es algo que deba hacerse todos los días, si no sólo puntualmente.
Se escapa al cometido de este blog explicar cómo ha de hacerse, pero a grandes rasgos necesitaremos una pauta hormonal, un calendario y un ginecólogo que nos explique cómo hacerlo.

Por último, y no menos importante, en verano con el calor y los frecuentes baños, o si permanecemos demasiado tiempo con ropa mojada, se incrementa el riesgo de sufrir infecciones genitales por hongos.
Aún siendo muy comunes y por lo general poco trascendentes, lo cierto es que son muy molestas, incluso llegan a hacerse recurrentes.

Lo más importante en este caso es la prevención, es decir; evitar la ropa interior poco transpirable (usar algodón), evitar los pantalones muy ajustados, usar ropa de baño de licra fina y de secado rápido, retirar el bañador mojado si ya no vamos a bañarnos más… etc.

Pero si llegamos tarde con todo esto, lo ideal es localizar un ginecólogo que nos explore, confirme el diagnóstico de sospecha y nos paute el tratamiento más adecuado.

En definitiva, nuestras vacaciones son para descansar, así que procúrate el máximo confort y … ¡disfruta!.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.